1 Reyes 3 al completo, con explicación y significado

El capítulo 1 Reyes 3 es uno de los pasajes más fascinantes del Antiguo Testamento, conocido principalmente por el famoso relato del juicio de Salomón. En este capítulo, descubrirás cómo el joven rey Salomón, recién ascendido al trono de Israel, busca la guía de Dios para gobernar con sabiduría y justicia. Aquí se narra el momento en que Salomón pide a Dios un corazón entendido para discernir entre el bien y el mal, en lugar de riquezas o larga vida, lo que agrada profundamente al Señor y le concede no solo sabiduría, sino también prosperidad y honor.

A lo largo de este capítulo, también encontrarás el célebre episodio en el que Salomón resuelve con gran inteligencia el conflicto entre dos mujeres que reclamaban ser la madre de un mismo niño. Este relato no solo muestra la sabiduría extraordinaria que Dios otorgó a Salomón, sino que también nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar la guía divina en nuestras decisiones diarias. Si quieres conocer en detalle cómo Dios responde a las oraciones sinceras y cómo la verdadera sabiduría puede transformar una nación, sigue leyendo y adéntrate en el significado profundo de 1 Reyes 3.

1 Reyes 3 al completo

Resumen del libro de 1-2 Reyes: un panorama completo animado

1 Reyes 3

  1. Salomón emparentó con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David, mientras acababa de edificar su casa, la casa de Jehová y los muros de Jerusalén alrededor.

  2. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos, porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos.

  3. Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.

  4. E iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.

  5. Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.

  6. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día.

  7. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre, y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir.

  8. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste, un pueblo grande que no se puede contar ni numerar por su multitud.

  9. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?

  10. Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.

  11. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,

  12. he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

  13. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

  14. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.

  15. Cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.

  16. En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él.

  17. Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! yo y esta mujer moramos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.

  18. Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que esta dio a luz también; y morábamos nosotras juntas; ningún extraño estaba en la casa, sino nosotras dos en la casa.

  19. Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.

  20. Y se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado mío su hijo muerto.

  21. Y cuando yo me levanté de mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo el que yo había dado a luz.

  22. Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.

  23. El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

  24. Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada.

  25. En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.

  26. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a esta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.

  27. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquella el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.

  28. Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.

Explicación de los versículos de 1 Reyes 3

Analizamos 1 Reyes 3 versículo a versículo, desglosando el significado de cada pasaje y resaltando las enseñanzas que nos deja este capítulo fundamental sobre la sabiduría, la oración y el gobierno justo. Cada cita está tomada literalmente de la Biblia, para que puedas seguir el texto y la reflexión de manera clara y directa.

1. Salomón hizo alianza con el faraón, rey de Egipto, y tomó por esposa a la hija del faraón, y la llevó a la ciudad de David, mientras terminaba de edificar su casa, la casa del Señor y la muralla de Jerusalén.

Este versículo muestra cómo Salomón establece alianzas políticas para fortalecer su reino. La unión con la hija del faraón representa una estrategia diplomática, pero también una apertura a influencias extranjeras. La prioridad de Salomón es construir la casa de Dios, su propio palacio y proteger Jerusalén.

2. El pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los lugares altos, porque hasta entonces no se había edificado una casa al nombre del Señor.

Aquí se destaca que, aunque el pueblo era fiel, aún no existía un templo centralizado para el culto a Dios. Los sacrificios en los lugares altos eran comunes, pero reflejan una etapa de transición en la vida religiosa de Israel.

3. Salomón amó al Señor, siguiendo los preceptos de David, su padre; solamente ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.

La devoción de Salomón es evidente. Su amor por Dios y su deseo de seguir el ejemplo de David son claros, aunque aún mantiene prácticas que más adelante serán corregidas, como los sacrificios en lugares altos.

4. El rey fue a Gabaón a ofrecer sacrificios, porque ese era el lugar alto principal; y ofreció allí mil holocaustos sobre el altar.

La magnitud de la ofrenda de Salomón en Gabaón muestra su generosidad y reverencia. Gabaón era el centro de culto más importante en ese momento.

5. En Gabaón, el Señor se apareció a Salomón en sueños durante la noche y le dijo: "Pide lo que quieras que yo te dé."

Dios se manifiesta a Salomón y le ofrece un regalo extraordinario: la posibilidad de pedir cualquier cosa. Esta invitación revela la cercanía de Dios y su deseo de bendecir a quienes le buscan sinceramente.

6. Salomón respondió: "Tú mostraste gran misericordia a tu siervo David, mi padre, porque anduvo delante de ti en verdad, en justicia y rectitud de corazón contigo; y tú le has guardado esta gran misericordia, dándole un hijo que se siente en su trono, como sucede hoy."

Salomón reconoce la fidelidad de Dios hacia David y la continuidad de esa bendición en su propia vida. Su respuesta está llena de humildad y gratitud.

7. "Ahora, Señor, Dios mío, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David, mi padre; pero yo soy un muchacho pequeño, y no sé cómo salir ni entrar."

Aquí, Salomón muestra humildad y reconoce su inexperiencia. No se apoya en su propio entendimiento, sino que se presenta ante Dios como alguien necesitado de guía.

8. "Tu siervo está en medio de tu pueblo, al que tú has escogido, un pueblo grande, tan numeroso que no se puede contar ni calcular."

Reconoce la responsabilidad enorme que implica gobernar al pueblo de Dios, un pueblo numeroso y especial.

9. "Da, pues, a tu siervo un corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal; porque ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?"

Salomón pide sabiduría para gobernar con justicia. No pide riquezas ni poder, sino la capacidad de discernir el bien del mal, mostrando su deseo de ser un rey justo.

10. Agradó delante del Señor que Salomón pidiera esto.

Dios se complace con la petición de Salomón, porque refleja un corazón desinteresado y orientado al servicio.

11. Y le dijo Dios: "Por cuanto has pedido esto, y no pediste para ti muchos días, ni riquezas, ni la vida de tus enemigos, sino que pediste para ti inteligencia para oír juicio,"

Dios resalta la pureza de intención de Salomón. Su oración no es egoísta, sino centrada en el bien común.

12. "He aquí, lo he hecho conforme a tus palabras; te he dado un corazón sabio y entendido, como no ha habido antes de ti, ni después de ti se levantará otro como tú."

Dios concede a Salomón una sabiduría incomparable, única en la historia.

13. "Y aun también te he dado las cosas que no pediste: riquezas y gloria, de modo que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días."

Como recompensa adicional, Dios le otorga riquezas y gloria, mostrando que la búsqueda de la sabiduría trae consigo bendiciones añadidas.

14. "Y si andas en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David, tu padre, yo alargaré tus días."

Dios pone una condición: la obediencia traerá larga vida. La fidelidad a Dios es clave para la plenitud de las bendiciones.

15. Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño. Fue a Jerusalén, se presentó delante del arca del pacto del Señor, ofreció holocaustos y sacrificios de paz, e hizo un banquete para todos sus siervos.

Salomón responde con adoración y gratitud, celebrando la bondad de Dios y compartiendo su alegría con su pueblo.

16. Entonces vinieron dos mujeres rameras al rey y se presentaron delante de él.

Comienza el relato del famoso juicio de Salomón, que pondrá a prueba la sabiduría que Dios le ha dado.

17. Una de las mujeres dijo: "¡Ay, señor mío! Yo y esta mujer moramos en una misma casa, y di a luz estando con ella en la casa."

18. "Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que esta mujer también dio a luz; y estábamos juntas, ningún extraño estaba con nosotras en la casa, sólo nosotras dos estábamos allí."

19. "Y el hijo de esta mujer murió una noche, porque ella se acostó sobre él."

20. "Se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva dormida, y lo puso a su lado, y puso a su hijo muerto a mi lado."

21. "Cuando me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo el que yo había dado a luz."

22. Entonces la otra mujer dijo: "No, mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto." Y la otra decía: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive." Así hablaban delante del rey.

Estas mujeres presentan un caso imposible de resolver por medios humanos: ambas reclaman ser la madre del niño vivo.

23. Entonces el rey dijo: "Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive."

Salomón resume la situación y se prepara para dictar sentencia.

24. Y dijo el rey: "Traedme una espada." Y trajeron al rey una espada.

25. En seguida el rey dijo: "Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra."

La propuesta de Salomón es impactante, pero busca revelar la verdad a través de la reacción de las mujeres.

26. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se conmovieron por su hijo), y dijo: "¡Ah, señor mío! Dad a ella el niño vivo, y no lo matéis." Pero la otra dijo: "Ni a mí ni a ti; partidlo."

La verdadera madre revela su amor y compasión, prefiriendo perder a su hijo antes que verlo morir.

27. Entonces el rey respondió y dijo: "Dad a aquella el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre."

La sabiduría de Salomón queda patente al identificar a la verdadera madre por su reacción.

28. Todo Israel oyó del juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para hacer justicia.

El pueblo reconoce que la sabiduría de Dios está con Salomón, y su reputación crece en todo Israel.


Este capítulo es un ejemplo poderoso de cómo la sabiduría divina es esencial para gobernar y tomar decisiones justas. Salomón nos enseña el valor de pedir a Dios lo que realmente importa: un corazón entendido y la capacidad de discernir el bien del mal. Cuando buscamos primero la sabiduría y la voluntad de Dios, Él añade bendiciones a nuestra vida y nos capacita para servir a los demás con justicia y amor.

Significado y reflexión final sobre 1 Reyes 3

El capítulo 1 Reyes 3 es un pasaje fundamental para comprender la importancia de la sabiduría y la humildad en la vida de un creyente. En este texto, vemos cómo Salomón, al inicio de su reinado, reconoce sus limitaciones y acude a Dios en busca de ayuda. Lo más destacado es que, en vez de pedir riquezas o poder, Salomón solicita un corazón sabio para gobernar con justicia a su pueblo. Este acto de humildad y discernimiento es recompensado por Dios, quien no solo le concede sabiduría, sino también prosperidad y honor.

El relato del juicio de Salomón entre las dos mujeres que reclamaban ser madres del mismo niño es uno de los ejemplos más claros de cómo la sabiduría divina puede resolver situaciones aparentemente imposibles. Este episodio nos enseña que la verdadera sabiduría no se basa solo en el conocimiento, sino también en la empatía, la justicia y la capacidad de escuchar a los demás.

Podemos aplicar este aprendizaje a nuestra vida diaria, recordando que, ante los desafíos y decisiones importantes, lo más valioso que podemos pedir a Dios es sabiduría para actuar correctamente y un corazón dispuesto a servir a los demás. La humildad de reconocer nuestras limitaciones y la confianza en la guía divina son claves para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

El mensaje de 1 Reyes 3 nos invita a buscar siempre la sabiduría y a confiar en que Dios responde generosamente a quienes le buscan con sinceridad. Si este análisis te ha ayudado, te animamos a seguir profundizando en la Palabra y a descubrir más enseñanzas en otros artículos de Tu Biblia Online.

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