2 Crónicas 20 al completo, con explicación y significado

El capítulo 2 Crónicas 20 es uno de los relatos más inspiradores sobre la fe, la oración y la intervención divina en momentos de crisis. Aquí descubrirás cómo el rey Josafat, enfrentado a una amenaza abrumadora, recurre a Dios con humildad y confianza, mostrando que incluso en las situaciones más difíciles, la fe puede abrir caminos inesperados hacia la victoria. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar a Dios en medio de la adversidad y cómo la oración colectiva puede transformar el miedo en esperanza. Si quieres conocer cómo la confianza en Dios puede cambiar el rumbo de cualquier batalla, sigue leyendo y deja que el mensaje de 2 Crónicas 20 fortalezca tu espíritu y te anime a vivir con una fe renovada.

2 Crónicas 20 al completo

Estudio Bíblico: 2 Crónicas 20 - Pr. Freddy Romero

2 Crónicas 20

1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezontamar, que es Engadi.

3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;

6 y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?

8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:

9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

10 Ahora pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab y los del monte de Seir, a cuya tierra no permitiste a Israel que pasase cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;

11 he aquí ellos nos dan el pago, viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.

12 ¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.

13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos.

14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jehiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión;

15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.

17 No habrá para que peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová y adoraron a Jehová.

19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat, y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.

20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa; y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén: Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.

22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.

25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.

26 Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca, porque allí bendijeron a Jehová; y por esto llamaron el nombre de aquel paraje, El Valle de Beraca, hasta hoy.

27 Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos.

28 Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová.

29 Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquellos países, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.

30 Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes.

31 Así reinó Josafat sobre Judá. De treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.

32 Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciéndolo recto ante los ojos de Jehová.

33 Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres.

34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, el cual está inserto en el libro de los reyes de Israel.

35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad.

36 E hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.

37 Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

Explicación de los versículos de 2 Crónicas 20

A continuación, analizamos 2 Crónicas 20 versículo por versículo, citando el texto bíblico y ofreciendo una explicación clara y sencilla para cada fragmento. Este capítulo es un ejemplo poderoso de fe, oración y confianza en Dios ante la adversidad, mostrando cómo el pueblo de Judá, guiado por el rey Josafat, enfrenta una amenaza imposible con humildad y esperanza.

2 Crónicas 20:1
"Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra."

Este versículo introduce el desafío: tres pueblos enemigos se unen para atacar a Judá. La amenaza es real y abrumadora, lo que prepara el escenario para una gran prueba de fe.

2 Crónicas 20:2
"Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezón-tamar, que es Engadi."

El peligro es inminente y la noticia genera preocupación. Josafat recibe el aviso de que el enemigo ya está cerca, lo que aumenta la tensión y la urgencia de buscar ayuda.

2 Crónicas 20:3
"Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá."

Ante el miedo, Josafat no actúa por impulso, sino que busca a Dios y llama a todo el pueblo a un ayuno. Este gesto muestra humildad y dependencia total del Señor.

2 Crónicas 20:4
"Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová."

El pueblo responde uniéndose en oración. La unidad en la búsqueda de Dios es clave para afrontar la crisis.

2 Crónicas 20:5-6
"Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?"

Josafat ora públicamente, reconociendo la soberanía y el poder de Dios. Su oración es un acto de fe y confianza, recordando quién es el verdadero Rey.

2 Crónicas 20:7
"¿No echaste tú, oh Dios nuestro, los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?"

Recuerda las promesas y acciones pasadas de Dios, fortaleciendo la fe del pueblo al mirar atrás y ver la fidelidad divina.

2 Crónicas 20:8-9
"Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás."

Josafat apela a la alianza y al templo como lugar de encuentro con Dios, recordando que siempre pueden acudir a Él en tiempos de angustia.

2 Crónicas 20:10-11
"Ahora pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab y los del monte de Seir, a cuya tierra no permitiste a Israel que pasase cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese; he aquí ellos nos dan el pago, viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión."

El rey expone la injusticia de la situación: aquellos a quienes Israel no atacó en el pasado ahora buscan destruirlos. Josafat presenta su caso ante Dios.

2 Crónicas 20:12
"¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos."

Este versículo es central: reconocen su impotencia y ponen toda su esperanza en Dios. Es un acto de entrega total.

2 Crónicas 20:13
"Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos."

Toda la comunidad, sin excepción, se presenta ante Dios. La oración colectiva muestra la unidad y la fe de todo el pueblo.

2 Crónicas 20:14-15
"Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jehiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios."

Dios responde a través de Jahaziel, trayendo palabras de ánimo y promesa: la batalla no es de ellos, sino del Señor.

2 Crónicas 20:16-17
"Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para que peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros."

Dios da instrucciones claras y promete su presencia y salvación. Solo deben confiar y obedecer.

2 Crónicas 20:18-19
"Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová y adoraron a Jehová. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz."

La respuesta del pueblo es adoración y alabanza, mostrando gratitud y fe antes de ver el milagro.

2 Crónicas 20:20
"Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa; y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén: Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados."

Josafat anima al pueblo a creer en Dios y en sus profetas. La fe es la clave para la victoria.

2 Crónicas 20:21-22
"Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros."

El milagro ocurre cuando el pueblo alaba a Dios: los enemigos se destruyen entre sí. La adoración precede a la victoria.

2 Crónicas 20:23-24
"Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado."

La victoria es total y sin esfuerzo humano. Dios cumple su promesa de luchar por su pueblo.

2 Crónicas 20:25-26
"Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho. Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca, porque allí bendijeron a Jehová; por esto llamaron el nombre de aquel paraje, El Valle de Beraca, hasta hoy."

La bendición de Dios es abundante. El pueblo recoge riquezas y dedica un día especial para dar gracias.

2 Crónicas 20:27-28
"Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén con gozo; porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos. Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová."

El regreso es una celebración de alegría y gratitud. La música y la adoración acompañan la victoria.

2 Crónicas 20:29-30
"Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel. Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes."

El testimonio del milagro trae respeto y paz duradera. Dios es glorificado y el pueblo disfruta de tranquilidad.

2 Crónicas 20:31-34
"Así reinó Josafat sobre Judá. De treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi. Y anduvo en el camino de Asa su padre, y no se apartó de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres. Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, el cual está inserto en el libro de los reyes de Israel."

Se resume el reinado fiel de Josafat, aunque reconoce que no todo el pueblo se volvió completamente a Dios. La historia de Josafat queda registrada como ejemplo de liderazgo piadoso.

2 Crónicas 20:35-37
"Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad; e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber. Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis."

El capítulo termina con una advertencia: la alianza con personas impías trae consecuencias negativas. A pesar de su fe, Josafat comete un error, y Dios corrige a su siervo para mantenerlo en el camino correcto.

2 Crónicas 20 es un recordatorio de que la oración, la fe y la alabanza abren la puerta a la intervención divina. Cuando el pueblo confía plenamente en Dios, Él responde con poder, protección y bendición.

Significado y reflexión final sobre 2 Crónicas 20

El capítulo 2 Crónicas 20 es un relato que nos invita a reflexionar sobre la confianza en Dios en medio de la adversidad. Cuando Josafat y el pueblo de Judá se ven amenazados por una coalición de enemigos, su reacción no es de desesperación, sino de búsqueda sincera de Dios. Este pasaje nos enseña que, ante los desafíos más grandes, la mejor respuesta es acudir a la oración y al ayuno, reconociendo nuestra dependencia total del Señor.

Uno de los aprendizajes más valiosos de este texto es la importancia de poner nuestra fe en Dios incluso cuando la situación parece imposible. Josafat ora con humildad, recordando las promesas y el poder de Dios, y el pueblo responde con unidad y esperanza. La respuesta divina no se hace esperar: Dios les asegura que la batalla no es de ellos, sino Suya. Esta verdad nos anima a dejar nuestras cargas en manos de Dios, confiando en que Él pelea por nosotros.

El relato también resalta el poder de la alabanza y la gratitud. Antes de ver la victoria, el pueblo alaba a Dios, y es precisamente en ese acto de fe donde experimentan el milagro. Aprendemos que la alabanza es un arma poderosa en la vida espiritual, capaz de abrir caminos y traer paz en medio de la tormenta.

Aplicar este mensaje en nuestra vida diaria significa buscar a Dios primero en cada dificultad, mantenernos firmes en la fe y no dejar que el miedo nos paralice. Nos recuerda que, aunque no siempre podamos controlar las circunstancias, sí podemos elegir confiar y alabar a Dios, sabiendo que Él tiene el control absoluto.

Que este análisis de 2 Crónicas 20 te inspire a vivir con confianza, esperanza y gratitud. Te animamos a seguir profundizando en la Palabra y a descubrir más enseñanzas transformadoras en los artículos de Tu Biblia Online.

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