Génesis 41 al completo, con explicación y significado

El capítulo Génesis 41 es uno de los relatos más fascinantes y llenos de enseñanzas del Antiguo Testamento. Aquí se narra cómo José, tras años de injusticia y olvido en prisión, es llamado para interpretar los sueños del faraón de Egipto. Este momento marca un giro radical en su vida, pasando de ser un prisionero a convertirse en el hombre más poderoso después del faraón. En este capítulo, descubrirás cómo la sabiduría y la fe de José no solo le permiten salir adelante, sino que también salvan a Egipto y a muchas naciones de una gran hambruna.

A lo largo de Génesis 41, se destacan temas como la providencia divina, la importancia de la confianza en Dios incluso en los momentos más difíciles y cómo los dones que Dios nos da pueden abrir puertas inesperadas. Si quieres comprender cómo Dios puede transformar cualquier situación y cómo la fidelidad es recompensada, sigue leyendo y adéntrate en este capítulo lleno de inspiración y esperanza.

Génesis 41 al completo

BIBLIA HABLADA: Génesis - Capítulo 41 | José interpreta el sueño de Faraón (Reina Valera 1960)

Génesis 41

  1. Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;

  2. y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista y muy gordas, y pacían en el prado.

  3. Y que tras ellas subían del río otras siete vacas, de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;

  4. y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.

  5. Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez; que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,

  6. y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;

  7. y las espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.

  8. Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón.

  9. Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.

  10. Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos.

  11. Y él y yo tuvimos un sueño la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.

  12. Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia, y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.

  13. Y aconteció que como él nos lo interpretó, así fue; yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.

  14. Entonces Faraón envió y llamó a José, y lo sacaron apresuradamente de la cárcel; y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.

  15. Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.

  16. Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.

  17. Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;

  18. y que del río subían siete vacas gordas y hermosas, que pacían en el prado;

  19. y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto, tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.

  20. Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;

  21. y estas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.

  22. Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas;

  23. y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;

  24. y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas. Y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo explique.

  25. Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.

  26. Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años; el sueño es uno mismo.

  27. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.

  28. Esto es lo que respondió a Faraón: Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.

  29. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.

  30. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;

  31. y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente, la cual será gravísima.

  32. Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.

  33. Por tanto, provea ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

  34. Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.

  35. Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades, y guárdenlo.

  36. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto, y el país no perecerá de hambre.

  37. El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,

  38. y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

  39. Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.

  40. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

  41. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

  42. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

  43. y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

  44. Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón, y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

  45. Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

  46. Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto. Y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

  47. En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.

  48. Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores.

  49. Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

  50. Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

  51. Y llamó José el nombre del primogénito Manasés, porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

  52. Y llamó el nombre del segundo Efraín, porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.

  53. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto;

  54. y comenzaron a venir los siete años de hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

  55. Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.

  56. Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.

  57. Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.

Explicación de los versículos de Génesis 41

A continuación encontrarás el análisis por versículos de Génesis 41, con cada versículo citado literalmente y acompañado de una explicación clara y sencilla. Este capítulo narra la historia de José en Egipto, su interpretación de los sueños del faraón y su ascenso a una posición de gran autoridad. Cada versículo revela enseñanzas sobre la providencia de Dios, la importancia de la sabiduría y la fidelidad en tiempos de prueba.

Génesis 41:1
“Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;”

Este versículo marca el inicio de un cambio trascendental en la vida de José. Después de dos años de espera en prisión, la historia toma un giro con el sueño del faraón, mostrando cómo Dios actúa en el momento oportuno.

Génesis 41:2
“y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista y muy gordas, y pacían en el prado.”

Las vacas gordas simbolizan abundancia y prosperidad. El sueño introduce el tema central del capítulo: la llegada de tiempos de abundancia seguidos de escasez.

Génesis 41:3
“Y que tras ellas subían del río otras siete vacas, de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;”

Las vacas flacas representan la escasez y el sufrimiento que vendrán después de la abundancia. La contraposición entre las vacas gordas y flacas prepara el mensaje que Dios quiere transmitir al faraón.

Génesis 41:4
“y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.”

El hecho de que las vacas flacas devoren a las gordas muestra cómo los tiempos difíciles pueden consumir los años de abundancia si no se actúa con sabiduría.

Génesis 41:5
“Se volvió a dormir, y soñó la segunda vez; que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña;”

El segundo sueño refuerza el mensaje del primero. Las espigas llenas representan nuevamente la prosperidad que está por llegar.

Génesis 41:6
“y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;”

Las espigas menudas y secas anuncian la desgracia y la pérdida, haciendo eco del contraste entre la abundancia y la escasez.

Génesis 41:7
“y las espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.”

La repetición del patrón en ambos sueños indica la certeza y la importancia del mensaje divino.

Génesis 41:8
“Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón.”

La incapacidad de los sabios egipcios para interpretar los sueños resalta la limitación de la sabiduría humana frente a los misterios de Dios.

Génesis 41:9
“Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.”

Aquí comienza la intervención divina a través del recuerdo del copero, quien había olvidado a José pero ahora lo menciona.

Génesis 41:10
“Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos.”

El copero recuerda el tiempo en prisión, preparando el terreno para presentar a José ante el faraón.

Génesis 41:11
“Y él y yo tuvimos un sueño la misma noche, y cada sueño tenía su propia interpretación.”

Se destaca la capacidad de José para interpretar sueños, un don que proviene de Dios.

Génesis 41:12
“Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia, y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.”

El copero da testimonio del don de José, abriendo la puerta para que sea llamado ante el faraón.

Génesis 41:13
“Y aconteció que como él nos lo interpretó, así fue; yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.”

La precisión de las interpretaciones de José confirma que su sabiduría viene de Dios.

Génesis 41:14
“Entonces Faraón envió y llamó a José, y lo sacaron apresuradamente de la cárcel; y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.”

Este versículo muestra el cambio radical en la vida de José: de prisionero a estar ante el rey de Egipto.

Génesis 41:15
“Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti que oyes sueños para interpretarlos.”

El faraón reconoce la reputación de José, lo que resalta la importancia de los dones dados por Dios.

Génesis 41:16
“Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.”

José demuestra humildad y reconoce que la verdadera sabiduría proviene de Dios, no de sí mismo.

Génesis 41:17
“Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;”

El faraón comienza a relatar sus sueños a José, repitiendo los detalles para enfatizar su importancia.

Génesis 41:18
“y que del río subían siete vacas gordas y hermosas a la vista, que pacían en el prado;”

Se repite la imagen de la abundancia.

Génesis 41:19
“y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto, tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.”

El faraón enfatiza la gravedad de la visión de las vacas flacas, lo que aumenta la tensión del relato.

Génesis 41:20
“Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;”

Se refuerza la idea de que la escasez puede consumir la abundancia si no se actúa con previsión.

Génesis 41:21
“Y estas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.”

El detalle de que las vacas flacas no mejoran tras devorar a las gordas subraya la severidad de los tiempos de crisis.

Génesis 41:22
“Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas;”

El faraón narra el segundo sueño, reafirmando el mensaje de Dios.

Génesis 41:23
“y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;”

La repetición de las espigas secas refuerza la advertencia.

Génesis 41:24
“y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas. Y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.”

La incapacidad de los magos para interpretar el sueño resalta la necesidad de la sabiduría divina.

Génesis 41:25
“Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.”

José revela que ambos sueños tienen un solo significado y que es Dios quien revela el futuro.

Génesis 41:26
“Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años; el sueño es uno mismo.”

José explica que las vacas y las espigas representan siete años de abundancia.

Génesis 41:27
“También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.”

Los años de abundancia serán seguidos por siete años de hambre.

Génesis 41:28
“Esto es lo que respondió a Faraón: Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.”

José insiste en que todo lo que sucede está bajo el control y la voluntad de Dios.

Génesis 41:29
“He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.”

La profecía de abundancia es clara y específica.

Génesis 41:30
“Y tras ellos seguirán siete años de hambre, y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;”

La advertencia sobre la gravedad del hambre es contundente.

Génesis 41:31
“Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente, la cual será gravísima.”

La escasez será tan severa que hará olvidar los años de prosperidad.

Génesis 41:32
“Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.”

La doble aparición del sueño subraya la urgencia y la certeza del mensaje divino.

Génesis 41:33
“Por tanto, provea ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.”

José aconseja actuar con sabiduría y previsión, buscando un líder capaz.

Génesis 41:34
“Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.”

La propuesta de José es organizar la recolección y almacenamiento de alimentos durante los años de abundancia.

Génesis 41:35
“Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades, y guárdenlo.”

La previsión es clave para superar los tiempos difíciles.

Génesis 41:36
“Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.”

La estrategia de almacenar alimentos garantiza la supervivencia del pueblo.

Génesis 41:37
“El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,”

La sabiduría de José es reconocida por el faraón y sus consejeros.

Génesis 41:38
“y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?”

El faraón reconoce que el espíritu de Dios está en José, algo extraordinario para un egipcio.

Génesis 41:39
“Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.”

El faraón exalta la sabiduría divina de José.

Génesis 41:40
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.”

José es elevado a la segunda posición más importante de Egipto.

Génesis 41:41
“Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.”

La autoridad de José se extiende sobre todo Egipto.

Génesis 41:42
“Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;”

Estos símbolos representan el poder y la dignidad que recibe José.

Génesis 41:43
“Y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.”

José es públicamente reconocido como líder.

Génesis 41:44
“Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón, y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.”

La autoridad de José es absoluta bajo el faraón.

Génesis 41:45
“Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.”

José recibe un nuevo nombre y una esposa egipcia, integrándose plenamente en la sociedad egipcia.

Génesis 41:46
“Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto. Y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.”

A los treinta años, José alcanza la plenitud de su vida y misión.

Génesis 41:47
“En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.”

La profecía se cumple y Egipto disfruta de gran prosperidad.

Génesis 41:48
“Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores.”

La organización y previsión de José aseguran la seguridad del país.

Génesis 41:49
“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.”

La abundancia es tan grande que no se puede medir.

Génesis 41:50
“Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.”

La familia de José crece, mostrando la bendición de Dios en su vida.

Génesis 41:51
“Y llamó José el nombre del primogénito Manasés, porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.”

El nombre de Manasés refleja el consuelo y la sanación que Dios da a José.

Génesis 41:52
“Y llamó el nombre del segundo Efraín, porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.”

Efraín simboliza la bendición y prosperidad en medio de la adversidad.

Génesis 41:53
“Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.”

La fidelidad de Dios se confirma con el cumplimiento de la profecía.

Génesis 41:54
“Y comenzaron a venir los siete años de hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.”

Egipto, gracias a la sabiduría de José, se convierte en refugio en tiempos de crisis.

Génesis 41:55
“Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga.”

José es reconocido como el salvador de Egipto.

Génesis 41:56
“Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Abrió entonces José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.”

La administración de José salva al pueblo del hambre.

Génesis 41:57
“Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.”

La sabiduría y previsión de José no solo bendicen a Egipto, sino también a las naciones vecinas.


El capítulo 41 de Génesis es un ejemplo impresionante de cómo la fidelidad, la sabiduría y la confianza en Dios pueden transformar la vida de una persona y bendecir a muchos. Cada versículo nos invita a confiar en la providencia divina y a actuar con responsabilidad y previsión en tiempos de abundancia y escasez.

Significado y reflexión final sobre Génesis 41

El capítulo Génesis 41 nos muestra cómo la sabiduría y la confianza en Dios pueden transformar por completo la vida de una persona. José, tras años de sufrimiento y olvido en prisión, es llamado para interpretar los sueños del faraón. Su humildad al reconocer que la interpretación viene de Dios y no de sí mismo, nos enseña la importancia de depender de la guía divina en los momentos cruciales.

El relato resalta cómo, incluso en las circunstancias más adversas, Dios puede abrir puertas inesperadas. José pasa de ser un prisionero a convertirse en el segundo al mando de Egipto, demostrando que la fidelidad y la perseverancia siempre tienen recompensa. Este capítulo también nos invita a prepararnos y actuar con prudencia ante los desafíos: José no solo interpreta los sueños, sino que propone un plan sabio para enfrentar los años de abundancia y escasez, mostrando que la fe debe ir acompañada de acción responsable.

En nuestra vida diaria, Génesis 41 nos inspira a confiar en que Dios tiene un propósito, incluso cuando no entendemos el porqué de nuestras pruebas. Nos anima a mantenernos firmes, a buscar la sabiduría divina y a estar listos para servir cuando llegue el momento. Así, cada dificultad puede convertirse en una oportunidad para crecer y para bendecir a otros.

Te animamos a seguir profundizando en la Palabra y a descubrir más enseñanzas en los artículos de Tu Biblia Online, donde encontrarás inspiración y guía para cada etapa de tu vida.

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