Isaías 46 al completo, con explicación y significado

Isaías 46 es un capítulo revelador que nos sumerge en la profundidad de la relación entre Dios y su pueblo. Este texto bíblico, escrito por el profeta Isaías, destaca la soberanía y fidelidad de Dios frente a la debilidad de los ídolos creados por manos humanas.

A través de sus versículos, Isaías nos invita a reflexionar sobre la confianza que depositamos en las fuerzas temporales y materiales, contrastándolas con el poder eterno y constante de Dios.

Isaías 46 al completo en español y letra grande

Isaías 46

  1. Bel se inclina, Nebo se doblega;
    sus ídolos son puestos sobre bestias y sobre ganado.
    Las cargas que eran para ellos, cansadas bestias,
    son cargadas en animales cansados y trabajados.
  2. Se inclinan, se doblegan juntos;
    no pueden librar la carga,
    sino que ellos mismos van en cautividad.
  3. Escuchadme, casa de Jacob,

y todo el remanente de la casa de Israel,
los que habéis sido cargados desde el vientre,
llevados desde la matriz.

  1. Hasta vuestra vejez yo soy el mismo,
    y hasta vuestras canas os soportaré;
    yo hice, y yo llevaré;
    sí, yo soportaré y os salvaré.
  2. ¿A quién me asemejaréis y equipararéis,
    o me igualaréis, para que seamos semejantes?
  3. Sacan oro de la bolsa,

y pesan plata en la balanza;
contratan a un orfebre para que haga un dios,
y se postran, y lo adoran.

  1. Lo alzan sobre el hombro, lo llevan,
    y lo colocan en su lugar, y allí está;
    de su lugar no se moverá.
    Aunque alguno clame a él, no podrá responder;
    de su tribulación no lo salvará.
  2. Acordaos de esto, y mostrad varonía;
    volved en vosotros, prevaricadores.
  3. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos;

porque yo soy Dios, y no hay otro Dios,
y nada hay semejante a mí.

  1. Que anuncio lo por venir desde el principio,
    y desde la antigüedad lo que aún no era hecho;
    que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;
  2. Que llamo desde el oriente al ave rapaz,
    y desde tierra lejana al hombre de mi consejo.
    Lo he dicho, y lo traeré a cabo;
    lo he pensado, y también lo haré.
  3. Oídme, duros de corazón,

que estáis lejos de la justicia.

  1. Haré acercar mi justicia, no está lejos;
    y mi salvación no tardará.
    Y pondré salvación en Sion,
    y mi gloria en Israel.

Explicación de los versículos de Isaías 46

Analizamos Isaías 46 versículo por versículo, profundizando en el mensaje que el profeta Isaías transmite sobre la superioridad de Dios frente a los ídolos y la constante presencia divina en la vida de su pueblo.

“Bel se inclina, Nebo se doblega; sus ídolos son puestos sobre bestias y sobre ganado. Las cargas que eran para ellos, cansadas bestias, son cargadas en animales cansados y trabajados.”

Este versículo ilustra la debilidad de los ídolos babilónicos, Bel y Nebo, que a pesar de ser dioses, deben ser transportados por bestias. Esto contrasta con la omnipotencia de Dios, quien no necesita ser llevado, sino que es Él quien sostiene y guía a su pueblo.

“Se inclinan, se doblegan juntos; no pueden librar la carga, sino que ellos mismos van en cautividad.”

Aquí, Isaías enfatiza la impotencia de los ídolos que, lejos de ayudar, terminan siendo llevados en cautiverio. Este versículo subraya la inutilidad de confiar en dioses hechos por manos humanas, que no pueden salvar ni siquiera a sí mismos.

“Escuchadme, casa de Jacob, y todo el remanente de la casa de Israel, los que habéis sido cargados desde el vientre, llevados desde la matriz.”

Dios se dirige directamente a su pueblo, recordándoles que Él ha estado con ellos desde el principio, llevándolos y cuidándolos desde antes de nacer, destacando su fidelidad y cuidado constante.

“Hasta vuestra vejez yo soy el mismo, y hasta vuestras canas os soportaré; yo hice, y yo llevaré; sí, yo soportaré y os salvaré.”

Este versículo resalta la promesa de Dios de ser inmutable y estar presente en todas las etapas de la vida de su pueblo, ofreciendo soporte y salvación continua, a diferencia de los ídolos que no pueden ofrecer ayuda real.

“¿A quién me asemejaréis y equipararéis, o me igualaréis, para que seamos semejantes?”

Dios desafía cualquier comparación con ídolos o cualquier otra entidad, estableciendo su unicidad y supremacía absoluta.

“Sacan oro de la bolsa, y pesan plata en la balanza; contratan a un orfebre para que haga un dios, y se postran, y lo adoran.”

Este versículo critica la creación de ídolos a partir de materiales mundanos, destacando la ironía de adorar algo que ha sido fabricado por las propias manos del hombre.

“Lo alzan sobre el hombro, lo llevan, y lo colocan en su lugar, y allí está; de su lugar no se moverá. Aunque alguno clame a él, no podrá responder; de su tribulación no lo salvará.”

Isaías señala la inmovilidad y la incapacidad de respuesta de los ídolos, que no pueden ofrecer ayuda ni consuelo a sus adoradores, reforzando la idea de su inutilidad.

“Acordaos de esto, y mostrad varonía; volved en vosotros, prevaricadores.”

Dios llama a su pueblo a recordar estas verdades y a volver a Él, abandonando la idolatría y las prácticas que los alejan de su creador.

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí.”

Este versículo reafirma la soberanía de Dios y su posición única como el único verdadero Dios, invitando a su pueblo a recordar su historia y las obras que ha realizado por ellos.

“Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;”

Dios declara su capacidad de predecir y realizar su voluntad, mostrando su omnipotencia y control sobre el futuro, a diferencia de los ídolos que no pueden prever ni actuar.

“Que llamo desde el oriente al ave rapaz, y desde tierra lejana al hombre de mi consejo. Lo he dicho, y lo traeré a cabo; lo he pensado, y también lo haré.”

Este versículo destaca la autoridad de Dios para convocar y utilizar a las criaturas y personas según su propósito, cumpliendo siempre su palabra y planes.

“Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia.”

Dios llama la atención a aquellos que se han endurecido y alejado de la justicia, instándolos a escuchar y volver a sus caminos justos.

“Haré acercar mi justicia, no está lejos; y mi salvación no tardará. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.”

Finalmente, Dios promete que su justicia y salvación están próximas, asegurando que establecerá su salvación y gloria en Israel, reafirmando su compromiso y amor eterno hacia su pueblo.

Significado y reflexión final sobre Isaías 46

Isaías 46 nos ofrece una poderosa reflexión sobre la superioridad de Dios frente a los ídolos creados por el hombre. Este capítulo no solo critica la inutilidad de los ídolos, sino que también resalta la constante presencia y soporte de Dios hacia su pueblo, desde el nacimiento hasta la vejez. La lección principal que podemos extraer es la importancia de confiar en Dios sobre todas las cosas, reconociendo su poder y autoridad supremos en nuestras vidas.

En un mundo donde a menudo buscamos seguridad en lo material o en creaciones humanas, este mensaje es un recordatorio vital de que solo Dios puede ofrecer verdadera seguridad y salvación. Aplicar esta enseñanza en nuestra vida diaria implica evaluar nuestras propias dependencias y asegurarnos de que nuestra fe y confianza estén puestas en quien verdaderamente tiene el poder de sostenernos y salvarnos.

Te invitamos a seguir reflexionando sobre estos temas y a explorar más enseñanzas bíblicas en Tu Biblia Online. Cada texto, cada versículo tiene el potencial de transformar nuestras vidas y guiarnos hacia un camino de mayor fe y comprensión.

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