Isaías 56 al completo, con explicación y significado

Isaías 56 es un capítulo que destaca por su llamado inclusivo y profundo a la justicia y la salvación. Este texto bíblico, escrito por el profeta Isaías, nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener la justicia y el sábado, y cómo estos elementos son cruciales para nuestra relación con Dios.

Descubramos juntos cómo este mensaje puede resonar en nuestras vidas y guiarnos hacia un camino de mayor comprensión y compromiso espiritual.

Isaías 56 al completo en español y letra grande

Isaías 56

  1. Así dice Jehová: Guardad juicio, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.
  2. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo del hombre que lo abraza; que guarda el sábado para no profanarlo, y guarda su mano de hacer algún mal.
  3. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Jehová me apartará de su pueblo; ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.
  1. Porque así dijo Jehová a los eunucos que guardan mis sábados, y escogen lo que yo quiero, y abrazan mi pacto:
  2. Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.
  3. Y a los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos, todos los que guarden el sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto,
  1. Yo los llevaré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
  2. El Señor Jehová, que recoge a los dispersos de Israel, dice: Aún juntaré sobre él a sus congregados.
  3. Todos los animales del campo, venid a comer, todos los animales del bosque.
  1. Sus atalayas son ciegos, nada saben; todos ellos son perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormitar.
  2. Y esos perros son glotones, no conocen saciedad. Y esos pastores no saben entender; todos ellos se apartan por su camino, cada uno busca su provecho, desde el más grande hasta el más pequeño.
  3. Venid, dicen, traeré vino, y embriaguémonos de sidra; y será el mañana como este día, grande sobremanera.

Explicación de los versículos de Isaías 56

Desglosamos Isaías 56 versículo por versículo, profundizando en las enseñanzas sobre la justicia, la inclusión y la salvación que ofrece este capítulo. Este análisis nos ayuda a entender mejor cómo estos mensajes se aplican tanto en el contexto histórico como en nuestra vida contemporánea.

Así dice Jehová: Guardad juicio, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.

Este versículo enfatiza la importancia de mantener la justicia y el juicio correcto en nuestras acciones diarias, resaltando que la salvación de Dios está próxima. Nos recuerda que vivir de acuerdo con los mandatos divinos es fundamental para experimentar la manifestación de su justicia.

Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo del hombre que lo abraza; que guarda el sábado para no profanarlo, y guarda su mano de hacer algún mal.

Aquí, se destaca la bendición que reciben aquellos que siguen los mandamientos de Dios, especialmente en lo que respecta a la observancia del sábado y la abstención de actos malvados. Este versículo subraya la conexión entre la observancia de las leyes divinas y la recepción de bendiciones.

Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Jehová me apartará de su pueblo; ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.

Isaías 56 incluye a los extranjeros y eunucos, grupos a menudo marginados, asegurándoles que también son parte del pueblo de Dios. Este versículo es un mensaje poderoso de inclusión y aceptación.

Porque así dijo Jehová a los eunucos que guardan mis sábados, y escogen lo que yo quiero, y abrazan mi pacto:

Este versículo reafirma que los eunucos, si siguen los mandamientos de Dios, especialmente en lo que respecta a guardar los sábados y elegir lo que Dios desea, serán recompensados y no serán considerados menos.

Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.

Dios promete dar a los eunucos un lugar de honor dentro de su casa, un nombre mejor que el de hijos e hijas, lo que indica una aceptación y valoración eterna, desafiando las normas sociales de la época que los veían como inferiores o incompletos.

Y a los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos, todos los que guarden el sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto,

Este versículo continúa con el tema de la inclusión, extendiendo la promesa de aceptación y bendición a los extranjeros que eligen seguir a Dios, guardan el sábado y se adhieren a su pacto.

Yo los llevaré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

Dios promete llevar a estos fieles a su lugar más sagrado y aceptar sus sacrificios, enfatizando que su casa es una casa de oración para todos los pueblos, no limitada por nacionalidad o estado físico.

El Señor Jehová, que recoge a los dispersos de Israel, dice: Aún juntaré sobre él a sus congregados.

Este versículo refuerza la idea de que Dios reunirá a todos los creyentes, independientemente de su origen, en un acto de restauración y unidad.

Isaías 56 es un capítulo que no solo habla de justicia y observancia de los mandamientos, sino que profundamente enfatiza la inclusión y la igualdad ante los ojos de Dios, ofreciendo esperanza y un lugar dentro de su comunidad a todos los que le siguen fielmente.

Significado y reflexión final sobre Isaías 56

Isaías 56 nos ofrece una visión profunda sobre la inclusión y la justicia divina, destacando que la salvación y la aceptación de Dios están abiertas a todos, sin importar su origen o condición. Este capítulo nos recuerda que la observancia de los mandamientos, como el guardar el sábado y actuar con justicia, son fundamentales, pero también lo es abrir nuestros corazones y comunidades a quienes han sido marginados o considerados menos dignos.

La enseñanza de que tanto extranjeros como eunucos son bienvenidos en la casa de Dios nos impulsa a reflexionar sobre cómo podemos ser más inclusivos en nuestras propias comunidades. Nos invita a considerar cómo nuestras iglesias y grupos sociales pueden ser espacios de acogida y aceptación, reflejando la casa de oración para todos los pueblos que Dios describe.

Este mensaje es especialmente relevante en un mundo donde a menudo vemos división y exclusión. Isaías 56 nos llama a ser líderes en la promoción de una comunidad que valore a cada individuo no solo como parte de ella, sino como un elemento esencial en la búsqueda colectiva de la justicia y la salvación.

Apliquemos estos principios en nuestra vida diaria, buscando activamente incluir a aquellos que están al margen, y trabajando por una justicia que abrace a todos por igual. Que este capítulo sirva como un recordatorio constante de que la casa de Dios es una casa de oración para todos, y que todos somos llamados a hacer de nuestro mundo un reflejo de esa visión.

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