Salmo 86 al completo, con explicación y significado

El Salmo 86 es una profunda súplica de David que destaca por su intensidad emocional y su rica expresión de fe en Dios. Este salmo es un ejemplo conmovedor de cómo la oración puede servir como un puente entre la desesperación personal y la esperanza divina. David, enfrentándose a adversidades y enemigos, recurre a Dios no solo como un soberano lejano, sino como un protector cercano y un guía amoroso.

A través de sus versículos, este salmo nos enseña sobre la misericordia, el amor y la fidelidad de Dios, invitando al lector a reflexionar sobre la importancia de mantener una comunicación constante y sincera con el Creador. La estructura y el contenido del Salmo 86 nos ofrecen una guía excepcional sobre cómo acercarnos a Dios en momentos de necesidad y cómo reconocer Su omnipresencia y apoyo incondicional en nuestras vidas. Este análisis no solo profundizará tu entendimiento del texto, sino que también enriquecerá tu vida espiritual, animándote a confiar y depender más de la providencia divina.

Salmo 86 al completo

Salmo 86

  1. Inclina, oh Jehová, tu oído y respóndeme;
    porque estoy afligido y menesteroso.

  2. Guarda mi alma, pues soy piadoso;
    salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

  3. Ten misericordia de mí, oh Jehová;

Porque a ti clamo todo el día.

  1. Alegra el alma de tu siervo,
    Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.

  2. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
    Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

  3. Escucha, oh Jehová, mi oración;

Y está atento a la voz de mis ruegos.

  1. En el día de mi angustia te llamaré,
    Porque tú me respondes.

  2. No hay entre los dioses ninguno como tú, oh Señor;
    Ni obras que igualen tus obras.

  3. Todas las naciones que hiciste vendrán y se postrarán delante de ti, oh Señor;

Y glorificarán tu nombre.

  1. Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
    Sólo tú eres Dios.

  2. Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
    Afirma mi corazón para que tema tu nombre.

  3. Te alabaré, oh Señor Dios mío, con todo mi corazón,

Y glorificaré tu nombre para siempre.

  1. Porque grande es tu misericordia para conmigo,
    Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.

  2. Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí,
    Y una turba de violentos ha buscado mi alma,
    Y no te han puesto delante de ellos.

  3. Pero tú, oh Señor, Dios misericordioso y clemente,

Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,

  1. Mírame, y ten misericordia de mí;
    Da tu fortaleza a tu siervo,
    Y guarda al hijo de tu sierva.

  2. Haz conmigo señal para bien,
    Que la vean los que me aborrecen, y se avergüencen,
    Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.

Explicación de los versículos de Salmo 86

Desglosamos el Salmo 86 versículo por versículo, explorando las profundas súplicas de David y su inquebrantable fe en Dios. Este análisis no solo profundiza en el texto bíblico, sino que también ofrece reflexiones que pueden ser aplicadas a nuestra vida espiritual contemporánea.

"Inclina, oh Jehová, tu oído y respóndeme; porque estoy afligido y menesteroso."

Este versículo establece el tono de una oración intensa y personal. David se presenta en una posición de vulnerabilidad y necesidad, pidiendo a Dios que escuche su súplica. La petición de que Dios "incline su oído" sugiere una relación cercana y personal con el divino, enfatizando la dependencia de David en la misericordia de Dios.

"Guarda mi alma, pues soy piadoso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía."

Aquí, David reafirma su devoción y su conducta piadosa como razones para solicitar protección divina. Este versículo resalta la confianza que David tiene en Dios, identificándose como un "siervo" que depende completamente de su señor.

"Ten misericordia de mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día."

La repetición de la súplica por misericordia muestra la persistencia de David en su oración. Clamar "todo el día" indica una dedicación constante a la comunicación con Dios, subrayando la seriedad de su petición.

"Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma."

David pide a Dios que le brinde alegría, lo cual es significativo dado su estado de aflicción. Levantar el alma a Dios es un acto de entrega y adoración, mostrando que la fuente de su alegría y consuelo reside en la relación con el Señor.

"Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan."

Este versículo destaca los atributos de Dios como bueno, perdonador y misericordioso. David reconoce estas cualidades como fundamentales para su fe y como la base de su esperanza en recibir respuesta a sus oraciones.

"Escucha, oh Jehová, mi oración; Y está atento a la voz de mis ruegos."

Reitera la petición de ser escuchado, lo que refleja la urgencia y la importancia de sus peticiones. La insistencia en ser escuchado por Dios refuerza la profundidad de su necesidad.

"En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes."

David expresa su confianza en que Dios responderá cuando él clame en momentos de angustia. Este versículo ofrece un testimonio de fe, basado en experiencias pasadas de la fidelidad de Dios.

Cada uno de estos versículos del Salmo 86 no solo refleja la intensidad de la relación de David con Dios, sino que también proporciona un modelo de cómo los creyentes pueden acercarse a Dios en momentos de necesidad. La combinación de súplica, alabanza y afirmación de fe en este salmo lo convierte en un recurso valioso para todos los que buscan profundizar su vida de oración y su relación con lo divino.

Significado y reflexión final sobre Salmo 86

El Salmo 86 nos ofrece una ventana hacia el corazón de un hombre que, en medio de la adversidad, busca refugio y consuelo en su relación con Dios. Este salmo es un testimonio de la fe inquebrantable y la dependencia total en Dios, que David manifiesta a través de sus súplicas y alabanzas. Nos enseña que, en los momentos de mayor necesidad, no estamos solos; tenemos un Dios que es bueno, misericordioso y dispuesto a escuchar nuestras oraciones.

La lección más poderosa que podemos extraer de este salmo es la importancia de mantener una comunicación constante con Dios, no solo en tiempos de crisis, sino como una práctica diaria. David no duda en expresar sus miedos y preocupaciones, pero también reconoce y celebra las cualidades de Dios, lo que refuerza su esperanza y confianza. Este equilibrio entre la súplica y la alabanza es crucial para una vida espiritual saludable y resiliente.

En nuestra vida cotidiana, podemos aplicar las enseñanzas de este salmo recordando que Dios está siempre accesible, dispuesto a escuchar y responder. En los momentos de angustia, podemos clamar a Dios como David lo hizo, y en momentos de calma, podemos elevar alabanzas y agradecimiento por Su constante presencia y guía.

Esperamos que este análisis del Salmo 86 te haya inspirado y ofrecido nuevas perspectivas para fortalecer tu relación con Dios. Te invitamos a seguir explorando y enriqueciendo tu vida espiritual con los diversos recursos que encontrarás en Tu Biblia Online, donde cada artículo está pensado para acompañarte en tu camino de fe y crecimiento espiritual.

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